A PARTIR DE LA ACNUDH, DEL CERD Y DE JHON STEWART SMILL

¿SE HA AVANZADO EN LA ELIMINACIÓN DE FORMAS DE DISCRIMINACIÓN RACIAL Y YA EXISTE LIBERTAD DE PENSAMIENTO Y DISCUSIÓN?

Por Antonio Aguilera, SJ

Después de una larga historia de sangre y opresión hacia muchas culturas y de observar el odio creado por partes de personas de cierto origen hacia otras, se crea la ACNUDH. Esta crea una serie de artículos que consideran como base la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Y se convencen de que “la existencia de barreras raciales es incompatible con los ideales de toda sociedad humana”. Y de esta manera los estados parte de esta convención se comprometen en la eliminación de toda forma de discriminación y a crear una atmósfera que proporcione un camino distinto, en el que todos seamos reconocidos por nuestra dignidad humana, sin importar origen, raza, clase social, etc.

            Este documento se estableció en el año 1965, es decir, hace cincuenta y seis años. Y podemos preguntarnos, ¿hay avances en este sentido? Resulta complicado generalizar y dar una opinión universal. Sin embargo, y apreciando los sucesos de los últimos años, como el de la elección de un presidente tan aborrecible y contrario a los fines de esta convención como Donald Trump o el rechazo por parte de países europeos a recibir migrantes africanos, es difícil hablar de un avance. Incluso han surgido conceptos como xenofobia o aporofobia, que no hacen sino denotar una falta de reconocimiento de los Derechos de algunas personas respecto de otras. Y es así como el Comité (CERD) de la ACNUDH, preocupados por esto y, específicamente, de la lucha contra el discurso de odio racista, elaboran algunas recomendaciones para “contribuir a la promoción del entendimiento, una paz duradera y la seguridad entre comunidades, pueblos y estados”, basadas en los artículos 4, 5 y 7 de la ACNUDH. Aunque debemos reconocer que existen instituciones que han trabajado mucho y han dado grandes aportes en esta lucha por medio de la educación, la cultura y la informática; esto no ha bastado para superar la gran llaga que se ha venido acrecentando con los años. A mi parecer los Estados no se han preocupado debidamente de esta problemática y, al contrario, no colaboran para que la población se abra a un horizonte de comprensión y sensibilización en materia de racismo y discriminación.

            En cuanto a John Stewart, me resulta muy provocador e inspirador su texto sobre De la Libertad de pensamiento y de discusión. Es evidente que muy pocas veces existe diálogo. Vivimos en mundo que no soporta opiniones contrarias y que busca seguridades dogmáticas. Me conmovió profundamente cuando habló de esos espíritus genios y finos que viven tratando de adecuar sus convicciones a ciertos contextos o dogmas y matan así su pensamiento íntimo. A mi parecer hoy día vamos en decaimiento hacia una atmósfera en la que no se soportan ideas diversas y se aplastan teorías que desafían intereses personales.

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