La idea actual de identidad

Por Antonio Aguilera

                                 

Desarrollaré a continuación una interpretación objetiva, es decir, basada en las premisas establecidas por El materialismo filosófico como teoría de la literatura, de la siguiente afirmación extraída del libro El hundimiento de la Teoría de la Literatura. Gnoseología de la Literatura (2015): “La idea de identidad es un monstruo metafísico preservado por la filología moderna”.

Según  Jesús G. Maestro, La identidad es, pues, en el contexto de la posmodernidad, la retórica del gremio. Identidad es la forma -o conjunto de formas- con la que el gremio se identifica ante el individuo, como miembro de un Estado, y ante el Estado, como sociedad políticamente organizada.[1] Y como es de conocimiento general, si humanos son los que me leen, siempre ha existido en nosotros la necesidad de pertenecer a un grupo, a una comunidad ya sea de carácter biológico o no biológico. A lo que me refiero es que una vez nacemos y somos tomados en los brazos de nuestras madres ya estamos destinados a formar parte de una familia: nuestro primer gremio. Y sabemos que cuando ese nuestro primer grupo nos deja solos, por circunstancias económicas (pobreza…), sociales (violencia, divorcios, muerte…), etc., es cuando sobrevienen patologías psicológicas que no permiten un desarrollo sano. Por lo tanto, y como lo decía anteriormente, siempre ha existido en nosotros la necesidad de pertenecer a un grupo, porque de alguna manera allí crecemos, aprendemos y adquirimos herramientas para la vida. Sin embargo, el gran problema de la posmodernidad, es que el individuo ha ofrecido su identidad a cambio de una personalidad. Ha sacrificado su originalidad, su ser ontológico en aras de encontrarse en un gremio, y esto no es más que la falta de valentía, de fortaleza, de autenticidad personal. Y al hablar de esto me refiero a instituciones, organismos, iglesias, etc. Cuando una persona se siente vulnerable ante la sociedad, porque se vé bombardeada de comerciales, ideologías, formas de vida, que no le permiten ser ella y no es capaz de revelarse ante lo que le venden, cede ante la imposición externa y pasa a convertise en un borrego más de la manada posmoderna.

Es por ello que “La identidad es un monstruo metafísico”, porque devora nuestras convicciones más profundas, se traga con la gran boca de sus modas baratas nuestras aspiraciones, a tal punto que podemos llegar a sentirmos tan pequeños y creer en la estupidez de que deberemos ser como quieren que seamos para ser, por fin, alguien. Y es este un “monstruo metafísico”, o mejor dicho, un monstruo más allá de lo físico. Esto significa que el poder de las ideas es tan grande que minan nuestra totalidad, a modo que podemos adoptar formas de hablar, de vestirnos, de comunicarnos, etc., porque esas son las maneras que identifican al gremio. Y lo peor de todo es que esto crea un sentimiento de culpa horrorizante que convence al individuo de que al fallarle al gremio está cometetiendo un acto malvado, revelde, pecaminoso…

En conclusión, la idea de identidad creada por la filología moderna, nos arrastra a una desidentidificación, y al mismo tiempo, a una persnonalización gremial, lo cual constituye –si no somos capazes de defender nuestra identidad- un absoluto atentado contra el ser.

 

 

[1] Mestro, Jesús G. (2009), ¿Qué es la literatura? Y cómo se interpreta desde el Materialismo Filosófico como Teoría de la Literatura, Vigo, Editorial Academia del Hispanismo.

Deja un comentario